viernes, 14 de junio de 2013

Hacer un trío, la fantasía sexual por excelencia

Dos amigos treintañeros, se encuentran en un Pub después de varias semanas de no verse, después de varios cubatas, uno le cuenta desilusionado y con rabia al otro: 
- ¡Tío, no te lo vas a creer! La otra noche, conquisté a una señora madura, en una discoteca de las que tú ya sabes, una de esas “Liberales”.

Tenía muy buen  aspecto para una mujer de 60 años, de hecho, no estaba nada mal, era rubia y muy guapa, alta, delgada, elegante, distinguida, carnes prietas para su edad. Estaba hablando con ella y sin querer, me encontré imaginando que quizás tendría una hija preciosa, de unos 30 años como yo, o algunos menos.
Tomamos algunas copas de más, nos hicimos algunas caricias fogosas en nuestras zonas íntimas e incluso nos besamos ardientemente. 
Entrada ya la madrugada, ella  me preguntó algo que me dejo "trastornado" 
El amigo, impaciente, le instó a que siguiese contando.
- ¿Que te pregunto? ¡Cuenta, cuenta! ¡Me tienes en ascuas tío! ¡Estoy más caliente que el palo de un churrero! 
El confidente, trataba de calmarlo diciéndole:
- No te impacientes y atiende, esta historia no tiene desperdicio... continuo contándote...
Andabamos a lo nuestro cuando de repente ella me dijo:
 - ¿Has tenido alguna vez un “Doble Deportivo”?
Yo le conteste intrigado:
- ¿Qué es eso? Yo no suelo frecuentar estos antros y me coge descolocado.
La mujer, haciéndose la experta en cuestiones, me dijo: 
- ¿No lo sabes? ¡Qué ingenuo eres! Es hacer un trío, con una madre y una hija.
Yo, le dije muy excitado: 
- ¡NO! ¡Jamás, tuve un Doble Deportivo! Pero... "Muero de ganas de tener uno".
Charlamos durante un rato más, tomamos la última copa y me dijo... 
¡Esta es tu noche de suerte! Voy a hacer realidad, tu fantasía de hacer un trió con dos mujeres ardientes.
El amigo no podía aguantar la curiosidad morbosa... 
¡Joder tío! Siempre dije, que eres un tío con mucha suerte. ¡Sigue... sigue contando!
El confidente, sigue la narración, observado fijamente por su amigo. 
Nos fuimos para su chalet en las afueras y pensé para mis adentros, ¡Por fin se me hace realidad lo de hacer un trío con ella, y la hija preciosa que imaginé en la discoteca! 
Ese solo pensamiento, me excitaba más y más, conforme llegábamos al chalet. 
¡Tenía el pene, que se salía del pantalón por la cintura! 
Llegamos a su chalet en un barrio muy elegante. En el garaje, solo tenían Jaguar, Mercedes y BMW. Subimos en un ascensor a la primera planta, donde tenía una gran habitación, con una gran barra de bar toda recubierta de cuero rojo, y una gran cantidad de bebidas caras en unas estanterías de cristal. Se quitó los zapatos y los tiró, sobre la alfombra que estaba junto a la gran cama redonda. Ahí fue, cuando se me aceleró el ritmo cardíaco  imaginando el monumento de hija que tendría esta bella mujer.
El amigo no podía aguantar más tanto misterio y le dijo:
- ¡¡¡Por lo que más quieras, no te entretengas más y termina, que me va a reventar la cabeza!!!
El confidente continua con su relato diciendo:
- Encendió la luz de un gran vestíbulo, lleno de trajes y zapatos clasificados, yo mientras, admiré la decoración de la habitación, era todo de muy buen gusto, la decoración de las paredes, los muebles, la vista que había por las grandes ventanas... 
Me pidió que le bajase la cremallera del vestido y empezó a desvestirse lentamente. Bajo su vestido, llevaba un body blanco que le sentaba francamente bien, se acerco a mí, me abrazo, y justo cuando iba a quitarme el pantalón gritó malhumorada y muy enfadada...

¡¡Joder Mamá!! Pero... ¿Dónde vas? ¡¡¡Qué aún no te he llamado!!!

Hacer un trío, la fantasía sexual por excelencia




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