domingo, 9 de febrero de 2014

La crisis y la prostitución doméstica

En una zona industrial española -muy castigada por la crisis económica- había un matrimonio, que tenía graves problemas, para conseguir dinero y poder subsistir.

Un día, desesperado por la situación, el marido le propuso  a su mujer, (una rubia sensual y sexy como pocas) prostituirse para conseguir unos ingresos extras. La esposa, muy contrariada y confundida por la proposición que está escuchando, le dice furiosa a su marido:

- Pero… ¿Qué dices Pepe? ¿Tú estás loco? ¡¡¡Yo no sé nada de ese oficio, soy dependienta!!! Vamos pero… ¿Tú qué te crees?
Él, -tratando de tranquilizarla para que acepte-, le contesta con mucha serenidad:

- Tú no te preocupes por eso cariño mío, yo no te dejaré sola en ningún momento y estaré pendiente de todo lo que ocurra. Veras… Tú te colocas en la roca que hay junto a la carretera. Cuando tengas alguna duda, me preguntas; que yo estaré detrás de ti, escondido detrás del árbol de la carretera. 

Ella, -a regañadientes-, aceptó la propuesta de su marido,  y tal como habían hablado, quedaron al día siguiente para comenzar con la nueva actividad. 

Llegada la primera noche de trabajo, la mujer se vistió bien, bien, apretadita, con falda negra corta ajustada, camiseta roja de lunares negros, con los hombros al aire, y muy escotada.
La crisis y la prostitución doméstica

Ella, se colocó esperando en la roca y el marido, detrás del árbol, tal y como habían pactado. 
Llegó el primer cliente, en un coche color negro impresionantemente lujoso. Se detuvo donde estaba la mujer, y ella, se acercó al coche contoneándose como una tigresa. 

- ¿Cuánto nena?

Le pregunta el tío del coche, frotando los dedos de la mano derecha. 

- Pues no sé... espérame aquí cielo, que ahora vengo.
Y ella sale corriendo hasta el árbol, donde se encuentra su marido esperandola. 
- Oye Pepe, que dice que… ¿Cuánto? ¿Qué le digo?
El marido piensa durante unos segundos y le dice:
- A ver, pues dile que... a ver, trae un buen coche... así que… dile que el completo son 500 euros. ¡Este puede pagarlos!
La mujer regresa apresuradamente al coche y le responde: 
- El completo son 500 euros guapo.
Y el tipo del coche contesta dubitativo:
- No tengo 500 euros nena, solo traigo 100 euros. 
De nuevo le dice la mujer:
- Cielo espérame un segundo. 
Y corre de nuevo hasta donde está el marido. 
- Oye Pepe, que dice el tío, que sólo trae 100 euros. 
Y entonces le contesta el marido: 
- No, no, no. Eso, es muy poco dinero por un completo. Dile que, entonces, sólo le harás sexo oral rapidito.
La mujer corre otra vez con el cliente y le dice:
- Oye cielo, por esa cantidad sólo te puedo hacer sexo oral rapidito. 
Entonces –asintiendo y aceptando- responde él:
- ¿Una mamadita rápida? Está bien guapa, acepto, súbete al coche y comienza la faena. 
El tío comienza a bajarse la bragueta del pantalón... y cuando saca aquello (30 cm de largo, lleno de venas a reventar, grueso como un vaso de tubo para cubatas y con una cabeza, como la de Casper el fantasma, pero morada y más brillante).
La mujer, se queda sorprendida, boquiabierta  y exclama con asombro:
- ¡¡¡Madre de Dios!!! ¿Pero eso que es? ¿No me lo puedo creer?
Inmediatamente, comienza a subirle súbitamente la lívido, empieza a producir endorfinas,  adrenalina, y comienza con la producción espontanea de flujos corporales. -Vamos, lo que comúnmente llamamos un calentón del 15-. En ese momento, le dice sonrojada al tío del coche:
- Espérame aquí cielo, que ahora vengo. Voy a solucionar esto.
Se baja del coche, corre hacia donde está su marido y le dice con entusiasmo:
- Oye Pepe, no seas mala gente  y…  ¡Por favor!
¡¡¡PRÉSTALE 400 EUROS A ESE POBRE HOMBRE, QUE SE MERECE QUE LE HAGA EL COMPLETO!!! 


La crisis y la prostitución doméstica

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