Un día que paseaba deprimido por la playa, ve con asombro como a cien metros de
la orilla donde él está, un yate que parece estar anclado.
Comienza a
observarlo detenidamente, y en la proa, ve a una impresionante tía rubia, que
se tira de cabeza al agua y comienza a nadar en dirección a la orilla donde él
se encontraba.
Atónito y
asustado, se queda observando como la rubia, se acerca hacia él nadando.
Cuando la
rubia llega a la orilla, comienza a salir del agua, mostrando todas las
bondades de su bello cuerpo escultural.
Paralizado
por la sorpresa, el náufrago se queda mirándola, con los ojos abiertos como
platos.
La mujer, era
una rubia imponente de 22 años, con una camiseta blanca ajustada, sin sujetador,
-se le transparentaban perfectamente, los dos turgentes pechos con sus erguidos
pezones-, un tanga rojo -tipo tirachinas-, que dejaba a la vista, todo su
sensual, duro, y perfecto trasero.
La rubia,
comienza a acercarse al náufrago, andando y contoneándose sensualmente.
Cuando está
justo frente a él, se mete una mano en el pecho izquierdo, y saca del mismo,
una cerveza Cruzcampo fría, casi escarchada.
Inmediatamente,
el deseo se apodera del náufrago y comienza a pasarse la lengua por los labios,
llenos estos de gruesas grietas, producidas por el radiante Sol.
Dos minutos
más tarde, la rubia se mete la otra mano en el pecho derecho, y saca un paquete
de Marlboro.
Automáticamente,
al náufrago, comienzan a aflorarle dos grandes lágrimas de los ojos, que hacen
que se le enturbie la vista rápidamente.
Posteriormente,
la rubia comienza a meterse suavemente la mano dentro del tanga, y comienza a
tocarse libidinosa y lentamente la zona púbica.
El náufrago,
-que ya no puede contenerse más por las ansias despertadas- exclama eufórico:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario.
#HLR #humorHLR